Sobre el injerto óseo
La mayoría de los procedimientos de injerto óseo dental se realizan para devolverle al hueso su forma previa, luego de una pérdida de diente, gingivitis o trauma. El injerto óseo también puede usarse para mantener la estructura ósea luego de una extracción de diente.
Recuperar y mantener la estructura ósea facial es importante por varias razones. Muchos procedimientos dentales, por ejemplo, la colocación del implante dental,requieren que el hueso se encuentre lo más aproximado posible a su dimensión y posición original para obtener resultados óptimos. Además, la mandíbula y otros huesos faciales dan soporte a la piel y a los músculos que son los responsables de nuestra apariencia estética externa. Sin el soporte del hueso interior, nuestro rostro pueden verse envejecido prematuramente.
Sobre el injerto óseo
Durante el ciclo de mantenimiento normal del cuerpo, las células especializadas en la sangre entran continuamente en el tejido para eliminar las células dañadas y sustituirlas por células nuevas y sanas.
Los procedimientos de injerto disponen una estructura de material en las áreas de hueso faltante por donde estas células pueden entrar e iniciar el proceso de reconstrucción. Con el tiempo, las células remodelarán el material de injerto en su propio hueso en movimiento.
Antes
Corte transversal de una mandíbula que ha perdido volumen después de la pérdida de dientes. No hay hueso suficiente para colocar un implante dental de forma segura.
Durante la cicatrización
Las células del paciente migran al material del aloinjerto y lo convierten en hueso nuevo. Con el tiempo, el hueso receptor se remodelará para sustituir el aloinjerto.
Después
Ahora la mandíbula restaurada tiene espacio suficiente para la colocación de un implante dental para sustituir el diente perdido.
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