El cuidado de la salud dental es muy importante para la salud general de las personas, la función calidad de vida y la apariencia física; pero los extremos son perjudiciales.

En nuestra sociedad actual la sociedad de consumo nos propone prototipos de apariencias que en algunos casos están alejados de la realidad y que son fisiológica y físicamente imposibles de lograr. Pero en el intento por alcanzar estos ideales estéticos muchos pacientes atentan contra su propia salud.

La dismorfia dental (comportamiento obsesivo por alcanzar la sonrisa perfecta) es un comportamiento patológico caracterizado por:

1. Afectación psicológica originada en un defecto estético menor o insignificante.
2. Alteración emocional a causa de dicho defecto.
3. Búsqueda incesante y obsesiva por corregir dicho defecto.
4. Sensación de desaprobación social por la presencia del defecto.
5. Demanda al odontólogo por sobretratamientos.
6. Insatisfacción irreal sobre cualquier tipo de tratamiento estético.

Esta alteración viene acompañada de otros trastornos como la blancorexia (necesidad permanente y que no se satisface con los tratamientos por tener los dientes blancos).

El paciente con dismorfia dental es un paciente que debe tener primero una ayuda psicológica profesional antes de someterse a un tratamiento odontológico para que este último sea adecuado y exitoso.

El mercado de la salud oral mueve millones de pesos anualmente y cada vez son más las personas que se dejan llevar por sus impulsos y no toman una decisión adecuada a la hora de escoger el profesional que los atiende.

Es muy importante contar con un profesional ético que le sugiera al paciente lo que este realmente necesita y no generar falsas expectativas con fines netamente económicos.